"No hay espacio, tiempo, personas ni cordura..."
Ésta puerta nos lleva a nuestros sueños, a mundos maravillosos con recreaciones propias irreales, a un mundo paralelo donde todo lo imposible logra ser posible, donde el fuego cálido no quema y los pies no tocan la tierra.
Cuando yo caigo en el mundo de los sueños, el mundo se vuelve irracional e increible, paso a un lugar donde todo juega bajo mi control del inconsciente. Viajo a un territorio donde no existe un piso para sustentarme, solo estoy flotando en un gran vacío negro con algunas luces blancas iluminandome desde abajo, donde mi sombra se encuentra atrás mío sin una luz que me apunte al frente; estrellas blancas rodeándome a lo lejos siendo solo puntos al horizonte, y relojes de bolsilo mil veces más grande que yo vuelan sin sentido a metros de mï. Relojes dorados con manecillas cobrizas, números romanos y americanos, siempre señalando las 17:00 o 18:00 en punto, y la manecilla del segundo no se vé por su velocidad infinita.
Corro hacia algún lado, pero todo sigue igual, como si todo se moviera junto a mí o yo me quedara estático en el espacio, y de esto caigo de aquel lugar a un reloj de bolsillo abierto abajo mío, donde entro mientras veo como se le salen las tuercas y resortes a el resto de relojes dinámicos en el universo.
Y de paso a paso, entro a otro sueño, donde todo se encuentra de color blanco y poco a poco se empiezan a diferenciar los colores propios de cada objeto que me rodea; el cielo es un tablero de ajedrés moviéndose, donde el negro se muestra más transparente y se ven las nubes en contraste con el cielo, mis pies pisan una plataforma angosta pero larga hasta donde se pierde el horizonte, y donde no hay plataforma, se centra fuego: fuego a llamas desesperadas, naranja como el sol cálido y voluntuoso, del cual no logra tocarme ni un pelo de mi cabello, y de fondo, a mis lados, después del fuego; se encuntran unas altas y largas paredes de cemento y ladrillos; ladrillos plateados con brillo opaco, y... a pesar de encontrarme en un lugar donde podrìa sentirme intimidado, confuso, demente, víctima de lo irracional; me siento cómodo, feliz, valiente, capáz de lograr todo lo propuesto sabiendo que no me pasará nada porque... porque estoy en mí mundo.
Los sueños, que se diferencian de las pesadillas, son lugares donde nos refugiamos y nos sentimos felices, valientes y heróicos, donde puedo viajar donde quiera y conocer mundos imposibles... a no ser que salgamos de nuestros cuerpos cuando estemos durmiendo y viajemos a mundos de otras galaxias.
¿Quién sabe?
Quizás esto ultimo sea verdad...
Pd: Hay una canción que habla sobre los sueños, y dentro de mi biblioteca musical, ésta, a pesar de tenerla hace muchos años, sigue siendo aún mi puesto nº 1.
"Heart - These Dreams"